Lo más increíble de estas ciudades mayas, además de las instalaciones, las contrucciones y todo lo que hay para ver y aprender, es que cuando uno camina por ellas por todos lados hay excavaciones en la búsqueda o reconstrucción de edificios que todavía no se encuentran a la vista... pero están ahi, aunque no los veamos.
Chichén fué, junto a Mayapan y Uxmal, de las ciudades mayas más importantes de la que hoy es la Península de Yucatán. Se dice que alcanzó su mayor poder entre los siglos XI y XIII, y el montón de piezas que se encontraron de materiales predominantes en otras regiones (jade, oro, pedernal...).
Parece que aunque la ciudad fué abandonada sobre el siglo XV, siempre se mantuvo como un lugar de peregrinación de los mayas que quedaron desperdigados, sobre todo por la presencia en la ciudad del Cenote Sagrado (Fotito). El Cenote era la puerta que comunicaba con el inframundo, por lo que ahi era el lugar donde enterraban (donde tiraban, debí decir) a los gobernantes o personajes importantes... y los enterraban con gran parte de sus pertenencias. Asi fué que un pirata americano a principios del siglo XX se llevó una grúa y se dedicó a pescar en el cenote lo que saliera... Obviamente, además del la gran profanación de tumbas de varios siglos de mayas, hizo pelota gran parte del patrimonio histórico que se encontraba ahi adentro.
Entre los edificios más importantes de la ciudad están el observatorio, el Tempo de las mil columnas (que no son mil, pero a nadie le dieron las bolas de contarlas), alguna que otra cancha de pelota (9, entre las que resalta una que es grande como el Parque Roberto, lo que marca lo avanzado de esta civilización), y la pirámide de kukulcán, a la cual el reservamos una separata.