jueves, 26 de abril de 2007

Momento 0

Asi los vimos.
Una vez instalados en nuestros respectivos asientos, y ya con los cintos de seguridad ajustados, descubrimos que la ventana que nos tocaba en suerte daba directamente hacia el restaurante del aeropuerto. Ahí, detrás del ventanal, empezamos a ver unas cuantas siluetas que nos resultaron conocidas. Después, los mensajes de texto, el abrir y cerrar de la ventanilla, y las manos sacudiéndose del otro lado inventaron un nuevo lenguaje.
Así los vimos desde nuestro lado.

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